viernes, 27 de marzo de 2015

EL CRUCIFIJO de San Damian

Hace 800 años que
España recibió un  peregrino especial camino de Santiago. Era Francisco de Asís al que tengo especial admiración por su altísimo grado de humildad y por ser defensor de toda la creación.Un hombre lleno de paz y de bien. De este gran ecologista, Tomás de Celano, su biógrafo, nos cuenta que un día entró en la capilla de San Damián de Asís y, postrado ante la imagen de Cristo con gran devoción, sumo respeto y amor, oye la voz del Señor que le habla desde el cuadro llamándolo por su nombre: Francisco, vete, repara mi casa, que... Estaba ante El Crucifijo de San Damián.Una tela pintada en el año 1100 y luego pegada a la madera  de estilo románico de la época y con inspiración en la iconografía oriental. Mide 2,10 m de alto por 1,30 de ancho. Es una obra de arte llena de colorido  que nos lleva a descubrir el misterio de Dios.Lo más llamativo es la lectura que podemos hacer al contemplarla. Sabido es, que para nuestras primeras lecturas, no necesitamos forzosamente saber abecedarios; se leen las imágenes y esto pasa con esta magnífica obra. Sí, en ella repasamos la pasión de Ntro. Sr. Jesucristo y su victoria sobre la muerte como si estuviéramos leyendo el evangelio para concluir con la " visión" así entre comillas del misterio de la Santísima Trinidad.
¿ Quién lo pintó? Como dice la página consultada de los franciscanos, : un creyente.
 
Cualquier pintura o escultura de Jesucristo ( también de su Madre ) son obra de la imaginación del artista que la concibe. Joseph Joubert dice que "la imaginación es el ojo del alma" y por eso hay imágenes religiosas que expresan sentimientos y nos llenan de emoción.
 
En este crucifijo su autor, puso el nombre de los personajes que rodean la figura de Cristo Glorioso. La actitud que plasmó en estas figuras, hace que hablen por si solas. En primer lugar nos encontramos con la luminosidad de Cristo, triunfador de la muerte, que nos trajo la salvación. Nos recuerda lo que pone el evangelista Juan en boca de Jesús: Yo soy la luz del mundo. La parte negra bajo su cuerpo representa la oscuridad del sepulcro y, al lado de sus manos las mujeres a las que los ángeles cuentan que está vacío,¡ ha resucitado!. Sobre su cabeza un círculo rojo y en él la figura del Hijo de Dios subiendo a los cielos donde lo reciben un coro de ángeles y, más arriba un semicírculo con una mano.
 Es bien sabido, que conocemos a Jesús- Cristo, la segunda persona de la Santísima Trinidad  pero, el Padre-Dios, como dice San Francisco, es el incognoscible, el insondable. Lo que sabemos de El es lo que Cristo nos reveló. Esos dedos del semicírculo recuerdan  como el papa Inocencio III ( concilio IV de Letrán, época de San Francisco) habla del Espíritu Santo llamándole " Dedo de Dios" .Y ¡Qué belleza en los cinco personajes a los flancos de Cristo, volvemos en ellos a leer el evangelio: Su Madre y el Apóstol Juan, testigo directo de como su costado fue abierto y de él salió...Al otro lado las otras dos mujeres y el centurión romano, cuando exclamó: "verdaderamente este hombre era Hijo de Dios"; sus tres dedos levantados demuestran su fe en la Trinidad: Padre Hijo y Espíritu Santo. Hay dos figuras pequeñitas, una a los pies de la Virgen. Tiene nombre: Longino. Es el soldado romano con la lanza y, al otro lado, a los pies del centurión, otra figurita que tiene la mano en la cadera y cara de desprecio. Sería necesario que la otra parte de su rostro saliera de la oscuridad para que recibiera la luz de la Resurrección. ( en los iconos los personajes están de frente).
Más cosas tiene este crucifijo: San Pedro, San Pablo, un gallo...
 
Contemplamos pues a un Cristo viviente, lleno de gloria que, con sus brazos abiertos, acoge al  mundo. Cristo, y sólo El está lleno de luz.  Curiosamente este  crucifijo está considerado como
 
 EL CRUCIFIJO MÁS DIFUNDIDO DEL MUNDO
 
 Actualmente se encuentra en la basílica de Santa Clara de Asís. 
 
  

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