Nos acercamos a la Navidad; estamos en Adviento, estamos en la preparación para
recibir la Buena Noticia: El Nacimiento de Jesús, el Salvador, el Mesías, el Señor,
esperado por el pueblo y anunciado por los profetas...(Lc.2,10-11)
La Navidad es la fiesta cristiana que se celebra a lo largo y ancho del planeta. Este
año fue noticia sorprendente la iluminación en el cielo de Mansfield, Texas en
Estados Unidos recreando el nacimiento de Jesús, con María y José hecho con
Un show aéreo que dio la vuelta al mundo consiguiendo su propósito de recordar
a toda la Humanidad, el verdadero sentido de la Navidad fundiendo
la nueva tecnología con la fe y la tradición.
¡Espectacular! ¡Maravilloso! ¡Asombroso!
El cantautor venezolano Ilan Chester compuso un villancico lleno de
ternura que dice así:
Canta, vida, que es Navidad, vuelve el alma a despertar.
Que se encienda el corazón, como estrella en la ilusión
Vida, esa que nace en el seno de una madre en el que su progenitor a
puesto su semilla. Nos sorprende y quedas pasmado al tener en brazos
a un recién nacido, un nuevo ser pequeñito, indefenso, tal vez gritando
(debe decir: tan calentito que estaba yo...)
Vida es bullicio, la vida es actividad, la vida es persona, la vida es existencia
la vida es energía, es aliento, es expresividad, es vigor, es dinamismo...
La vida es la fuerza permanente del alma que mueve todo el ser que la posee.
Y la balada navideña sigue diciendo:
Canta, vida, que es Navidad y en mi casa suena a paz
y en la risa y el hogar, Dios se vuelve a asomar.
situaciones: una vida azarosa; una buena vida; ganarse la vida; a lo largo de la vida; buscarse
la vida o complicarse la vida...Y si nos referimos al más allá decimos vida eterna.
Este Niño recién nacido, por el que celebramos la Navidad, les dirá a sus amigos
(los apóstoles) en esos momentos de la vida cuando, tal vez hay dudas, que El es el camino,
la verdad y la Vida.
Cuando pongamos nuestro nacimiento familiar o cuando nos acerquemos a ver otros
Nacimientos que adornan ayuntamientos, plazas o escaparates, ya sean grandes o pequeños,
eso no importa, tengamos en cuenta que, el Niño Jesús que estamos contemplando es
la Verdad, es la Vida.
Canta, vida, es Navidad, que en mi casa vuelve a hablar
con la voz de los que amé, y los que vendrán también.
Por que el tiempo no se olvida cuando hay fuego y unidad
cada plato, cada historia es un canto a la Verdad.
Llenémonos de la alegría de la Navidad y contagiemos a los que nos rodean.
Tengamos cuidado de no quedar atrapados por el "consumismo sin medida" y
celebremos con el verdadero sentido este "fiesta de las fiestas". Que nos acompañe
nuestra actitud de ternura, de acogida y de compasión hacia los necesitados.
Esto nos ayudará a:
llenar nuestra vida del amor a Dios, haciendo felices a los demás.
Entonces podremos decir:
¡¡¡Feliz Navidad!!!


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