Dos son las necesidades fundamentales de los niños: seguridad y autonomía.
El niño no está nunca solo; su discurrir es siempre con el adulto y por consiguiente es a este al que le corresponde favorecer el desarrollo de la personalidad del niño en todos los aspectos.
Es la niñez esa maravillosa etapa de nuestra existencia en la que debemos ser felices y, el padre ( madre, abuelo, educador, cuidador, etc.) el encargado de que esto suceda.
Hay adultos a los que les cuesta conseguir ser querido - o simplemente aceptado -por el niño.Para que se realice esa aceptación debemos querer al niño como es, con actitud de respeto y confiando en sus posibilidades. El papel del adulto es "la presencia" que el niño percibe de forma espontánea, casi casi instintivamente y que produce un río de afecto, de simpatía, (de buen rollo en lenguaje coloquial), en los dos sentidos : adulto-niño, niño-adulto.
Pero ¿ Y mi autoridad? se pregunta el padre.
Al adulto corresponde ayudar y facilitar que el niño se acepte "a si mismo" y también sus "dificultades" y, para llegar a esto no puede sentirse "juzgado" o " condenado".y el "está bien" que no sea premio sino estímulo). No por eso debemos ocultar, mirar para otro lado, disimular sus fracasos. ¡No! Simplemente "no dramatizar" sobre ellos.Si lo hacemos así, veremos que ese tropiezo, se va a convertir en un estimulante para mejorar y lo va hacer en la proporción que su padre no sea DESVALORIZANTE .El doctor Vernon Smith ( Nobel en 2.002) decía: Equivocarte te ilumina, te obliga a repensar .
La educación dice Pierre Vayer es un diálogo entre dos personalidades adulto y niño, cargados cada uno con su propia historia.La del adulto tiene más páginas y puede que choques afectivos (más o menos traumatizantes o más o menos remontados) y esto indiscutiblemente repercute en su actitud y en su comportamiento. ¡Cuidado! El niño es sensible a las tensiones (incluso ocultas) del adulto.Por todo esto, para comprender y aceptar al niño debe el adulto en principio, aceptarse a si mismo, es necesario que acepte en sí "el niño que él fue".
El niño es un sujeto social, libre y en el educador (padre, madre, abuelo, profesor....) está lograr un desarrollo armónico y equilibrado de su personalidad potenciando valores que todos deseamos en nuestra sociedad.El juego es un buen aliado para la enseñanza.
¿Jugamos papá?
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