martes, 13 de mayo de 2014

Por amor

Por qué marchar a otro país?
Emigrar dice María Moliner en su diccionario que consiste en marcharse de su patria para establecerse en otro país.
Los animales también emigran por exigencias del clima,  de su alimentación u otras causas.
Unos y otros marchan o marchamos para vivir mejor. Pero en el corazón y en la mente de las personas que emigran hay ese dolor del que la gran poetisa gallega Rosalía de Castro canta ( todo poema es un canto) cuando dice: Adiós ríos, adiós montes....deixo (dejo) a aldea que conozco por un mundo que non vin (no ví)...deixo  amigos por extraños...
Nos duele dejar la "patria chica" esa aldea, pueblo o barrio en el que nos hemos criado. Allí tenemos nuestros primeros amigos, los de nuestra edad y también los mayores que son  un poquito  los vigilantes cariñosos de nuestros movimientos.
Muchos países saben de este sufrimiento de la emigración. Desde esta mi querida Galicia, este pequeño pero grande en potencial humano, territorio de España escribo con conocimiento de causa.
Quisiera, aunque fuera de puntillas ver las clases de emigración y sus causas. Si, esas circunstancias que impulsan a hacer la maleta o tal vez a marcharse sin ella pues la emigración puede llamarse exilio.
La hay forzosa o voluntaria; por razón económica o social ( puede que política); por guerras aún cuando no se haya tomado parte directa en las decisiones que la causaron; por expulsión; la provocada  por movimientos sísmicos, inundaciones, etc. y a todas ellas podríamos etiquetarlas con la palabra "temporal" y que, para muchos se cambiará luego por " definitiva" y son, como dije anteriormente, las circunstancias las que motivan el cambio.
Toda mi niñez, transcurrida en Santa Marta de Ortigueira (La Coruña) era mi despertar en estas fechas primaverales, acompañado por el canto de las golondrinas que todos los años fijaban su residencia en el alero de la casita de mis padres.Como ellas, también la gente marcha a trabajar por temporadas siendo la gran mano de obra para la recogida de productos del campo..De este tipo de movimiento tenemos constancia  histórica  cercana de que la región de Castilla  movía jóvenes de otras regiones en tiempos de la siega de los cereales cuando esto se hacía a mano.
Y seguimos pasando las hojas de nuestros almanaques para situarnos actualmente. Hoy en día los  universitarios  marchan para completar o complementar su formación a otros países. Unos regresan y otros quedan al haber  encontrado allá, su puesto de trabajo.
Pero los emigrantes, sean cultos o ignorantes, suelen tener todos ellos un perfil parecido en cuanto se refiere a su edad: la mayoría son jóvenes, con fuerzas, con ganas de superación, con espíritu de aportar lo que el bagaje de sus vidas lleva y de aprender lo que le puede ofrecer  ese desconocido país.
Pero hay una emigración  que no suele aparecer en ninguna descripción de este tema ( participé en una mesa redonda sobre esto en el año 2.005 y hablé de ella)y que yo bautizo con el título dado a esta entrada: POR AMOR. Es la que yo he vivido y quiero suponer  que no fui la única.¡Que grande es el amor, cuando es de verdad!!
Pienso en voz alta y digo: yo, con un puesto de trabajo fijo, remunerado y considerado socialmente,  "mi amor" ( expresión venezolana) vino a buscarme, y con una boda al estilo sencillo de los años 60, con maleta de cuero y pasaje de barco francés ( ya no iban los españoles), emigré. Según nos íbamos separando del muelle mi esposo, con los ojos muy húmedos, su brazo sobre mi hombro, el mío en su cintura y los otros levantados despidiéndonos de nuestra familia, recordó como la primera vez que marchó pusieron en el trasatlántico la canción: Adiós mi España querida...
En mi curriculum: Emigrante por amor.

2 comentarios:

  1. Muy bueno!!! La película Un franco, 14 pesetas también retrata muy bien la vida del emigrante. A mi me encantó.

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    1. Gracias por tu comentario.Lo que puse refleja una realidad vivida en primera persona. Pido a Dios que la gente sepa siempre comprender al emigrante. Comprender y ayudar.

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