Jesús - Cristo es Camino, Verdad y Vida
El preámbulo de la Semana Santa es siempre un tiempo de reflexión, de tomar conciencia
de nuestras actuaciones, de recordar que es un acto de humildad el pedir perdón y que,
los cristianos sabemos que nuestro Dios nos espera siempre con los brazos abiertos para
escucharnos y perdonarnos. ¡Qué grande es!
Repasando las cosas interesantes que aprendí y vi practicar desde niña y recordando las
Semanas Santas vividas, en esa curiosidad que sigo teniendo me pregunto, qué religión
puede decir que su Dios se hizo hombre, nació de una Virgen (siguió siendo Virgen) y
murió en una cruz por todos sus amigos...? y ¿Cuál puede decir que dentro de su iglesia
está realmente presente Dios, realmente en el Santísimo Sacramento del Altar?
¡Qué grande!
¡Qué grande es mi Dios!
con sus amigos los Apóstoles, etc. etc. Pero nos quedará Dios presente en el Sagrario
convertido en un humilde, sencillo "Bocadito de PAN" que, consagrado es
Nuestro Señor Jesucristo, resucitado de entre los muertos que subió milagrosamente a
los Cielos en presencia de sus amigos los Apóstoles, dejándoles un Mandamiento Nuevo
(sin despreciar ni cambiar los 10 Mandamientos que recibió Moisés en el monte Sinaí) que
dice así: "Amaos los unos a los otros, como yo os he amado.
En esto conocerán todos que sois mis discípulos"
Jesucristo nos enseñó a llamar PADRE a Dios y que cuando hablemos con Él le digamos:
Padre nuestro que estás en el Cielo...
Y ahora me pongo a pensar en el conocimiento que tengo de ese JESÚS-CRISTO, llamado
también Jesús de Nazaret, para de verdad seguirle sin cortapisas, sin alardes estúpidos y
sin vergüenzas ridículas; para hablar de Él con alegría, con firmeza por la seguridad que
tenemos al contemplar toda su vida llena de obras admirables nunca vistas, de prodigios
inigualables y, con entusiasmo al considerar como valora, atiende, defiende, a todas las
personas sin hacer diferencias y en todas las situaciones, caminos, pueblos y ciudades
repartiendo con sus milagros fuerza de vida, repartiendo amor.
Leer su vida es sencillamente llenar el corazón de razones para actuar con/ en conciencia
que nos hará más felices en cualquier circunstancia y esto es tan sencillo como abrir la
Biblia en el Nuevo Testamento. Allí nos encontraremos con el EVANGELIO que,
Según Mateo nos cuenta la vida de Jesucristo en 28 capítulos; Marcos lo hace en 16; Lucas
en 24 y Juan escribe 21.Esto quiere decir que si leemos 1capítulo al día (como quien lee
una noticia interesante en la prensa) en 24 días, leeríamos al evangelista Lucas.
Al Evangelio le sigue el libro Los HECHOS de los Apóstoles, y me atrevo a decir
que es el complemento indispensable para ser creyente ( en Jesucristo)
con "conocimiento de causa"(valga la expresión).
Este libro está escrito
por Lucas
a partir del día de Pentecostés.
Es la historia de la Iglesia
naciente en torno a Pedro...
Pablo...Felipe.
Luego tenemos las
Epístolas de Pablo
ese judío converso que
con su "fuerza de palabra"
nos lleva a dar un paseo
por Roma, Cesarea, Antioquía, Corinto, Frigia, Atenas, Malta,
Chipre, etc.
Y otras cartas de Santiago,
Pedro, Juan y Judas.
Todo esto es una lección
histórico-geográfica de aquellos tiempos, siendo su contenido,
actual.
Y así se llega al final de las Sagradas Escrituras con el Apocalipsis de Juan, último libro
escrito allá por el año 96, que curiosamente nos llevará, cual ventana abierta, a describir
la otra vida en ese Cielo de Nuestro Señor como el lugar donde ya no habrá muerte,
ni llanto, ni dolor, ni lágrimas(Ap 21-4)
Sólo queda animarnos y así recordaremos - al ver o participar en los actos, Misa,
oficios, procesiones de Semana Santa- el por qué de esta Semana Grande que termina con
el Domingo de Resurrección el día más grande de los seguidores de CRISTO-JESÚS
que llamamos Pascua.
Deseo, queridos lectores, disfrutéis de este mi humilde escrito hecho con todo amor y
recordando con mucho sentimiento; a mi querido esposo.
¡¡¡Feliz Pascua de Resurrección para todos!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario