Son ellos el abeto y el acebo.
Todos sabemos algún cuento del abeto. En ellos se ensalza la ternura o la alegría o la fraternidad o la...sentimientos que están más a flor de piel con motivo de esta celebración. El que yo sé dice que un niño perdido en un monte - al que había ido a recoger leña - se acurrucó debajo de un abeto para pasar la noche y este, bajó sus ramas para arroparlo. El niño despertó calentito (había nevado) por la mañana, al oír las voces de la gente que , preocupada, lo buscaba. Hay otras versiones como la que nos cuenta que fue este árbol el que movió sus ramas hasta apoyarlas en el suelo evitando entrara la nieve por la puerta del alpendre donde había nacido el Niño Dios.¡ Qué amor, compasión y ternura la del abeto!!.
Hay muchas clases de abetos: plateados, rojos, noruegos...y alguna especie como la que nace en la costa del Pacífico, puede acercarse a los 100 metros de altura y 12 metros de diámetro en la parte baja pues este árbol, tiene forma piramidal y sus primeras ramas horizontales tocan el suelo. Sus hojas crecen es espiral en torno a las ramas.De su corteza se extrae resina rica en "trementina" usada en farmacia para aliviar dolores reumáticos.Este árbol pasa a ser símbolo del comienzo navideño cuando, adornado con luces y coronado por una estrella (la que guió a los Reyes a Belén) anuncia que estamos ante la magia de la Navidad.Seamos respetuosos con la naturaleza.Hoy en día se venden abetos con raíz para que, pasada la Navidad, le demos su "segúnda oportunidad "plantándolos nuevamente.

El bosque mas extenso de acebos de la Península Ibérica se encuentra en Garagüete( Soria).
Es especie protegida. ¡Mucho cuidadito con él!
Que el espíritu navideño nos humanice y si, está claro que romperá nuestra monotonía, que nos llene también de vida.