Regalar es dar un presente, un obsequio con satisfacción, pensando que tendrá ese mismo sentimiento el que lo recibe. Es dar por aprecio, afecto, por consideración, por premio, por recuerdo en una fecha determinada...por amor. Regalar es contentar, a veces pretendiendo adivinar para impresionar y así hacer realidad una ilusión, un encuentro, una declaración de amor.
Un regalo es pues, un lenguaje transmisor de toda clase de sentimientos positivos.
Hay muchas clases de regalos tanto en tamaños como en formas. Si hablamos de tamaños, no por ser muy grande cabe decir que es el mejor pues todo está relacionado con el "por qué" y así, se regala por que es su cumpleaños,, su santo, su fin de carrera, su ascenso; se regala por que ya se llegó a cierta edad: el primer reloj, la primera bici, el primer móvil o la primera moto (otro día hablaré de como eran esos primeros regalos hace 60 años, toda una curiosidad); se regala por un evento especial muy significativo en la vida: un Bautizo, la Primera Comunión, se regalan los novios en el encuentro con los respectivos suegros ese día de testimoniar delante de ellos, la relación formal y sincera intercambiándose regalos para toda la vida y que lucirán siempre con orgullo... y por supuesto aquí en España y en muchos otros países, se regala por tradición y por creencia el día 6 de enero, pues son esos personajes bíblicos, Los Reyes Magos de Oriente, los que "visitan" dejando regalos a todos los niños buenos.
¡Qué bonito es regalar! y !Qué emocionante recibir un regalo de alguien que te quiere! La sociedad actual creó ciertos días para recordarnos que es importante manifestar nuestros sentimientos de cariño y así nos encontramos con el día de San Valentín al que, se le atribuye ese lanzamiento de dardos que llegan al corazón de la persona amada, sin dañar exteriormente, consiguiendo acepte al amado. Flores de todos los colores se regalan este día, expresando tal sentimiento. 
La chica contenta y sorprendida
con su ramo del día de San Valentín.
Tiene el regalo esa función comunicativa y si es la primera vez, juega un papel muy importante, el "acertar". La presentación entra dentro de los parámetros a tener en cuenta: tiempo, gusto, delicadeza, etc.
Cuando los regalos llegan al corazón, siempre, siempre sirven y siempre, siempre se recordarán. Y...¡Cuántas cosas podemos regalar a diario! Me gustaría recordar tres: "una sonrisa" o tal vez " buen humor" en el trabajo pues aun cuando de todos es sabido que "no se trabaja por amor al arte" si debe hacerse "con amor al arte"( amor a lo que tiene cada cual en sus manos) y la tercera es curiosamente una de las más difíciles de dar en este mundo muchas veces agitado y sumamente inquieto: "tiempo". Regalar un poco de tu tiempo para contar cosas nuevas que alegran el corazón; tiempo para jugar con los niños de corta edad o esos "niños" de muchos años; tiempo para telefonear a ese progenitor que sabes gusta de oírte. En resumen, tiempo de acompañamiento y actividad.
La abuela abre pausadamente un regalo bajo la atenta y cariñosa
mirada de su nieto.
El gran Salomón decía:
Las palabras amables son como un panal de miel: endulzan el alma y tonifican el cuerpo (Pr 16-24)
